martes, 5 de enero de 2016

RAE RECHAZA EL USO DEL "todos y todas".

A la Real Academia Española (RAE) le llamó la atención el uso creciente de un latiguillo lingüístico en América latina: un artículo de la Constitución de Venezuela habla de “venezolanos y venezolanas”, y la presidenta Cristina Kirchner comienza siempre sus discursos dirigiéndose “a todos y a todas”.
Sin embargo, los hispanohablantes no están discriminando cuando usan el masculino para designar a hombres y mujeres: no necesitan modificar el uso de su idioma para huir del sexismo y tampoco están obligados a pasar al género femenino el nombre de algunas profesiones.
Titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, un informe de la RAE critica las nuevas guías sobre lenguaje no sexista elaboradas en España por universidades, sindicatos o gobiernos regionales, que proponen, por ejemplo, usar palabras como “la ciudadanía” en lugar de “los ciudadanos” o “el profesorado” en lugar de “los profesores” para hablar de grupos compuestos por hombres y mujeres.
El autor del informe de la RAE, Ignacio Bosque, defiende que “el uso genérico del masculino para designar los dos sexos está muy asentado en el sistema gramatical” español y que no tiene sentido “forzar las estructuras lingüísticas”.
“No es preciso, desde luego, ser lexicógrafo para intuir que la niñez no equivale a los niños”, fustiga.
Asimismo, “no parecen admitir estas guías que una profesional de la judicatura puede elegir entre ser juez o jueza”, critica el académico, considerando que las pautas propuestas por estas guías están únicamente pensadas para el lenguaje oficial.
La corriente “reformista” ya ha tenido varios ejemplos, además de los que brindan la Constitución venezolana y la presidenta Kirchner. El 15 de mayo del año pasado, la Puerta del Sol se vio desbordada por un movimiento de manifestantes que, para subrayar su conformación por mujeres indignadas y hombres indignados, se autodenominó “de l@s indignad@s”. Con el signo de arroba, para ser más inclusivos.
Pero la RAE decidió ponerle, si no freno, al menos un límite a un modo de expresarse que considera artificial y derivado de la exposición pública. En un detallado informe, cuestiona con contundencia e ironía una serie de nueve guías gramaticales destinadas a “evitar el sexismo en el lenguaje”, que fueron publicadas en los últimos 10 años en España.
En esas publicaciones, sus autores recomiendan a los lectores, entre otros consejos, que no apelen al uso genérico del masculino cuando se debe referir a los dos sexos al mismo tiempo. Así, por ejemplo, sugieren que se emplee “las personas becarias” en lugar de “todos los becarios” o, también, “las personas sin trabajo” para reemplazar a “parados”, en España.

martes, 15 de octubre de 2013

LITERATURA Y VIOLENCIA

A través de los tiempos, especialmente desde el siglo XX ha imperado en la literatura la violencia ya sea por el poder sobre otros, como por drogas, accidentes, violaciones, delincuencia entre otros casos que se dan en nuestra sociedad. Esto tiene muchas causas de acuerdo a las circunstancias.¿ El realismo que dan los escritores en las violencias es al 100% o tal vez a veces se escribe dando un matiz aparte de lo real? Pueden también los literatos escribir las causas y soluciones o sugerencias en sus libros? La influencia literaria es para bien o para mal?
El escritor de la llamada posguerra tuvo cierta obligación de estudiar la raíz de la violencia con el fin de que pueda ser entendido y evitar más complicaciones en el futuro.
 La violencia siempre se ha caracterizado por hacer daño, tanto físico como psicológico. Este puede manifestarse de múltiples maneras (por ejemplo, los estímulos nocivos de los que depende) y asociado, igualmente, a variadas formas de destrucción: lesiones físicas, humillaciones, amenazas, rechazo, etc .Las amenazas que reciben algunas personas y que puede llegar a enfermar al afectado forman también parte de las violencias sicológicas. La literatura ha abarcado mas con las violencias que ha sufrido y sufre la mujer .Si comparamos los escritos la mujer es la que tiene más aspectos de violencia que el hombre porque la mujer ha presentado violencia desde temprana edad donde las violaciones han formado mucha parte de los escritos. Los maltratos sufridos por la mujer se presentan en muchos aspectos de su vida y hay países que maltratan tanto a la mujer que les obligan hasta usar unos tipos de vestimenta bajo castigo si no obedecen o acatan las ordenes.
la literatura sigue paso a paso los hechos históricos. Toma el rumbo de la violencia y se pierde en el laberinto de muertos y de escenas absolutamente de la historia.
La literatura que trata el fenómeno de la violencia se puede precisar, en un sentido, como aquella que surge como producto de una reflexión elemental o elaborada de los sucesos histórico-políticos
la experiencia vivida o contada por otros, el drama histórico depende de la reflexión y mirada crítica sobre la violencia que actúa como reguladora y a la vez como factor dinámico. Aquí no importa tanto lo narrado como la manera de narrar, Interesa el personaje como "estructura redonda", en su estatuto semiológico. Lo espacio-temporal, instancias en que se desarrolla el texto narrativo, está regulado por leyes específicas, algunas veces por el proceso mental de quien proyecta uno o varios puntos de vista sobre el acontecer. Es el ritmo interno del texto lo que interesa, que se virtualiza gracias al lenguaje; son las estructuras sintáctico-gramaticales y narrativas las que determinan el carácter plurisémico y dialógico de esos discursos de ficción.
La mayoría de los escritores que viven la Violencia no tienen la suficiente experiencia para testimoniarla con una cierta validez. El acontecimiento los seduce. Se quedan en la exhaustivo inventario de radiografías de las víctimas apaleadas o en la descripción sadominuciosa de propiciar la muerte.
Algunos escritores ven en la violencia el funcionamiento de un sistema bárbaro, semicapitalista, inhumano, pero no atinan a descubrir los mecanismo de ese funcionamiento. En estos novelistas se produce una crisis de identidad que no logran resolver. Esta se manifiesta en una práctica escritural que deja entrever el tipo de mediaciones que la cruzan, particularmente de tipo socio-ideológico, donde se observan no sólo visiones particulares de la realidad, sino también ciertas formaciones sociales que se interponen. Conscientes de su complicidad -aunque sólo fuese la complicidad del silencio- de su clase de mantenimiento de una sociedad basada en la explotación de otras clases, esos y otros escritores se alejan de ella, la repudian consciente, política y públicamente, y se solidarizan, por simpatía, con quienes van a ser sus personajes, pero no logran, en compensación, identificarse con ellos: pertenecen a otra clase, a otra mentalidad, a otra cultura cuyos símbolos no aciertan a descubrir o a interpretar.
.Es bueno que la literatura actual sea más transparente en lo que respecta a este tema poniendo en sus escritos la verdad de la violencia desde sus raíces para poder cultivar algo bueno en nuestra sociedad que se llama justicia.
(Autor anónimo)
Un problema de imaginación
 
Las matanzas vuelven a extenderse por el mundo como un resumen de nuestra historia. Una vez más, siempre. El ser humano es un animal carnívoro y pone con facilidad su inteligencia al servicio de la destrucción. Las distancias y las abstracciones ayudan a que se acumulen las cuentas de resultados en la economía especulativa de la muerte. Siria, Egipto, Irak… la piel de un planeta que da vueltas desde hace miles de años alrededor del crimen.
Después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y en la intuición de las bombas atómicas, Pedro Salinas escribió el poema Cero para imaginar a un piloto en el momento de apretar el botón. A la hora de matar resulta más cómoda la distancia que la cercanía.
Las armas de destrucción masiva se dejan caer sobre un mapa. Así no vemos los ojos de las víctimas. Todo resulta higiénico, científico, perfecto. Claro que la furia y la crueldad permiten también el asesinato íntimo. El verdugo llega a rozar el sudor de su presa. Pero se trata sólo de una cercanía geográfica, de los metros cuadrados de una plaza o de una habitación. El odio y el miedo convierten los territorios en una materia elástica, abren distancias abismales en cada centímetro, desdibujan lo que se ve. La deformación de un enemigo (el monstruo, la amenaza, la fiera) nos hace observar la existencia de su dolor desde muchos pies de altura. La compasión queda fuera de órbita.
El escritor japonés Kenzaburo Oé se adiestró en la compasión cuando entró en contacto con los médicos que consagraron su vida a la atención de las víctimas de Hiroshima y Nagasaki. El mal era tan grave que el trabajo no se podía justificar en una esperanza demasiado fuerte. Tampoco era posible abandonarse a la renuncia y la paralización porque el dolor estaba ahí, muy cerca, sin posibilidad de refugio en el pasado o en el futuro. Se trataba sólo de resistir, de acompañar, de mantenerse, de seguir un segundo más, un minuto más, frente a la consternación.
Cuidar a los otros nos pone en contacto con nosotros mismos, nos ayuda a imaginarnos. En la conciencia humana actúa la inteligencia, pero también las emociones y la imaginación. Kenzaburo Oé acabó de comprenderse a sí mismo como persona y como escritor cuando su hijo mayor nació con una grave deficiencia mental. Aprendió a resistir, a elegir con cuidado las palabras y a disfrutar de las alegrías. Las debilidades nos hacen más fuertes que el poder. Lo cuenta Oé en Un amor especial, el libro en el que habla de Hikari y en el que recuerda unas palabras de Rousseau: “Sólo la imaginación puede enseñarnos el dolor ajeno”.
Esta idea la recoge también el novelista John Berger en Un hombre afortunado. “Si lloras es porque tienes imaginación”, dice un médico rural para consolar el llanto de un niño. Frente a las distancias especulativas del odio y de la destrucción, el ser humano inventó el arte. Es verdad que las imágenes y las canciones nacieron para exaltar a los dioses y a los jefes de la tribu. Es verdad que a lo largo de los siglos se ha escondido la barbarie debajo de la belleza. Hemos encontrado a muchos asesinos escuchando a Wagner en un campo de concentración, mientras los científicos resolvían problemas matemáticos para sus armas de destrucción masiva. Así es nuestra historia.
Pero también es verdad que el arte educa nuestra sensibilidad y nos ayuda a mirar a los ojos, a descubrir una vida propia y un espíritu en cada cuerpo. Nos ofrece la imaginación moral necesaria para comprender el dolor ajeno. Si hay un lado carnívoro en el ser humano, existe al mismo tiempo una parte compasiva que convierte la realidad en una conversación y al individuo en un lugar hospitalario. El yo soy otro de Rimbaud puede conducir a la extrañeza de uno mismo, pero también a nuevas formulaciones como yo soy en los otros o los otros son también yo.
Es una desgracia que los ministerios de educación estén tan interesados en identificar el éxito con el lado carnívoro y avaricioso del ser humano, en vez de cultivar la imaginación moral que nos ayuda a comprender el dolor ajeno. Egipto, Siria, España… 
 
Tomado de Revista electrónica de literatura    

domingo, 14 de abril de 2013

ESTE ES EL DIOS O NATURALEZA DE SPINOZA



Dios hubiera dicho:
- ¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.


- Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. 


- ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.


- Deja ya de culparme de tu vida miserable, yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí  por todo lo que te han hecho creer.


- Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito ¡No me encontrarás en ningún libro!


- Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo? Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.


- Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias…, de libre albedrío. ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios loco puede hacer eso?


- Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes, esas son artimañas para manipularte, para controlarte que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

- Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.


- No te podría decir si hay algo después de esta vida pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó? ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? que aprendiste?


- Deja de creer en mí, creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amado, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.


- Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido? ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

- Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para que necesitas más milagros? ¿Para que tantas explicaciones? No me busques afuera, no me encontrarás.

Búscame dentro…, ahí estoy latiendo en ti .

Baruch de Spinoza (también escrito Baruj de Spinoza) (Hebreo: ברוך שפינוזה, Latín: Benedictus de Spinoza, Portugués: Bento de Espinosa), (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 – La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.

Baruch Spinoza
También conocido como Baruch de Spinoza o Benedict/Benito/Benedicto (de) Spinoza, según las distintas traducciones de su nombre, basadas en distintas hipótesis sobre su origen) (Ámsterdam24 de noviembre de 1632 - La Haya21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandesracionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.

Datos biográficos

Nació en Ámsterdam (Países Bajos), en 1632, procedente de una familia dejudíos sefardíes emigrantes de la península Ibérica, que huía de la persecución en Portugal. Su familia procedía de España, de donde huyó durante el siglo XV a Portugal.1

Se educó en la comunidad judía de Ámsterdam, donde se conservaba una considerable tolerancia religiosa, pese a la influencia de los clérigoscalvinistas. Contrajo una tuberculosis que poco a poco minaría su salud, hasta ocasionarle una muerte temprana.


A pesar de haber recibido una educación ligada a la ortodoxia judía, por ejemplo, con la asistencia a las lecciones de Saúl Levi Morteira, el joven Spinoza mostró una actitud bastante crítica frente a estas enseñanzas y amplió sus estudios por su cuenta en matemáticas y filosofía cartesiana, dirigido por Franciscus van den Enden. Leyó también a Thomas Hobbes,Lucrecio y Giordano Bruno; estas lecturas lo fueron alejando de la ortodoxia judaica. A esto se le pueden sumar las influencias del grupo de loscollegianten o ‘colegiantes’ (cristianos liberales protestantes neerlandeses), así como de heterodoxias judías hispano-portuguesas, estas últimas encarnadas principalmente en las figuras de Juan de Prado y Uriel da Costa.


Muerto su padre, en 1654, Spinoza no tenía ya que mantener oculto su descreimiento por respeto a la figura paterna. El 27 de julio de 1656 fue expulsado de la comunidad judía (así como excomulgado y desterrado de la ciudad), a la sazón dividida en dos grupos:


Estos últimos constituían un grupo cerrado. En algún momento histórico parece que sus normas fueran más ortodoxas y rígidas que las de los sefardíes. Era el grupo mayoritario en Ámsterdam.



Tras la expulsión, se retiró a un suburbio en las afueras de la ciudad y publicó su Apología para justificarse de su abdicación de la sinagoga, obra perdida que algunos autores consideran un precedente de su Tractatus theologico-politicus. Acentuó su trato con los grupos cristianos menonitas y colegiantes, de carácter cristiano bastante liberal y tolerante.


Para sobrevivir se dedicó a pulir lentes para instrumentos ópticos, entre ellos para su amigo el científico Christiaan Huygens. Aparte de ganarse la vida con este oficio, recibía, según alguno de sus biógrafos, una pensión que le consiguió su amigo el munícipe Jan de Witt.


En 1660 se trasladó a Rijnsburg, pueblo cercano a Leyden, donde redactó su exposición de la filosofía cartesiana, Principia philosophiae cartesianae, y los Cogitata metaphysica, que se editaron conjuntamente en verano de 1663 (edic. latina; en 1664 apareció la versión holandesa) y que serían las dos únicas obras publicadas con su nombre en vida. Sostuvo una abundante correspondencia con intelectuales de toda Europa. En los primeros 1660 también empezó a trabajar en su Tractatus de intellectus emendatione y en la más famosa de sus obras, la Ethica, terminada en 1675.


En 1663 se trasladó a Voorburg, cerca de La Haya, donde frecuentó los círculos liberales y trabó una gran amistad con el físico Christiaan Huygens y con el por entonces jefe de gobierno (raadspensionaris) Jan de Witt, quien, según algunos, protegió la publicación anónima de su Tractatus theologico-politicus en 1670, obra que causó un gran revuelo por su crítica racionalista de la religión. Estas protestas, y la muerte de su protector De Witt (1672), lo convencieron de no volver a publicar nuevas obras sino tras su muerte; las obras circularían, sin embargo, entre sus admiradores, cada vez más numerosos.

De 1670 hasta su muerte vivió en La Haya. En 1673 J. L. Fabritius, profesor de teología, por encargo del Elector del Palatinado, le ofreció una cátedra de filosofía en su universidad, la de Heidelberg, pero Spinoza no la aceptó, pues aunque se le garantizaba «libertad de filosofar», se le exigía «no perturbar la religión públicamente establecida». Un año antes de su muerte fue visitado por Gottfried Wilhelm Leibniz, pero éste negó luego tal encuentro. Minado por la tuberculosis, murió el 21 de febrero de 1677cuando contaba 44 años. Sus amigos editaron en noviembre de ese mismo año, simultáneamente en latín y en holandés, todas las obras inéditas que encontraron, incluida (parte de) la correspondencia, bajo el título Ópera pósthuma (versión latina) y Nagelate schriften (versión holandesa).

domingo, 26 de agosto de 2012

De puntita ..... nada mas


Hace unos años, cuando yo era una chica perdida (una de esas que, como decía el cómico, son
siempre las más buscadas), solicitó mis servicios de compañía un hombre que se hizo llamar Alberto.
Llegué a la cita como acostumbraba, cinco minutos antes, pubis bien recortado, las bragas de blonda de
La Perla y mi mejor sonrisa. Confieso que la apariencia de Alberto me decepcionó un poco. Aunque no
debía de alcanzar la cincuentena, tenía un aspecto envejecido y un tanto descuidado, un vientre
prominente, una barba que había crecido sin muchas atenciones y unos ojos más cerrados que abiertos.



Después de saludarme sin mucha efusión (parecía que lo había despertado de un largo sopor), dirigió su mano hacia una mesita que hacía las veces de recibidor y, de un cajoncito medio descolgado, extrajo una cartera de bolsillo. Sacó unos billetes y me los alargó preguntándome si era eso lo convenido. Afirmé con un «sí» muy francés y le pedí permiso para llamar a la agencia. Movió las manos hacia arriba como diciendo que adelante, que eso tampoco le importaba demasiado. Cuando hube confirmado a la agencia que todo estaba correcto, le pregunté mirándole directamente a sus ojos entornados qué le apetecía hacer.
Esta pregunta solía tener un efecto estimulador en los clientes, normalmente les encendía los ojos como
cuando al niño le das la piruleta que lleva un tiempo mirando desde el escaparate. Alberto no varió su aire cansino. 
Me informó que la película había empezado hacía apenas diez minutos y que por el tiempo que
había contratado conmigo, quizá pudiéramos acabarla de ver. Me inquieté extraordinariamente. Nos
sentamos sobre un viejo chester de color bermellón frente a un televisor de no más de catorce pulgadas y vimos la película entera. Era una obra de Alain Resnais, Hiroshima mon amour, en versión francesa
original subtitulada en castellano. Es algo muy infrecuente el que un cliente solicitara tus servicios para
luego no mantener relaciones sexuales. En los meses que ejercí esa actividad, sólo me ocurrió dos veces y en ambas ocasiones se mezclaba el sentimiento de satisfacción por obtener unos ingresos sin grandes esfuerzos con la preocupación de si lo que había sucedido era porque no había sido capaz de seducir al cliente. 
Durante la emisión de la película, le hice tres o cuatro comentarios a Alberto a los que él apenas
respondió con un monosílabo. La hora contratada se cumplió faltando unos diez minutos para el final de
la película. Sin embargo, mantuve la vista fija en aquel pequeño receptor encastrado en un muro infinito
de libros. 
Cuando surgieron los créditos sobre las imágenes, Alberto se levantó y me dio las gracias. Fue
la única vez en la velada en que me atreví a hablarle con franqueza. Le pregunté directamente por qué no
había mantenido relaciones sexuales conmigo. Me miró como sin querer, como pidiéndole perdón por
algo a alguien y me dijo: «Hija… el sexo no existe».
En aquel momento, pensé que quizá se refería a que padecía alguna disfunción que le impedía
mantener relaciones sexuales, a que estaba desencantado del sexo o que era simplemente un excéntrico.
Sin embargo, no sé si fue su vista siempre entornada como una puerta mal cerrada, el alud de libros que
amenazaba con caer sobre nosotros cada vez que Emmanuelle Riva susurraba el texto de Duras o el cómo se rascaba metódicamente la rodilla izquierda, pero algo me decía que aquella afirmación contenía en sí misma algo muy poderoso, siniestro y salvajemente cierto que yo, en aquel momento, no llegaba a
alcanzar. Distraje mi atención enseguida, la noche no había hecho nada más que empezar y una pareja me esperaba en un lujoso piso de la zona alta de Barcelona. A Alberto no volví a verlo. No volvió a llamar a la agencia.
Aproximadamente cuatro años después, hacía el amor apasionadamente (y pocas veces este
adverbio ha tenido tanto sentido) sobre otro chester, esta vez ocre, con Jorge. Llevábamos horas o quizá días, o quizá varias vidas, confundiéndonos el uno con el otro, perdiéndonos y volviéndonos a encontrar.
Cuando Jorge bajó las escaleras de su estudio, esquivando pilas de libros y cosas, miles de cosas, para
traer unas magdalenas que nos repusieran un poco, se me ocurrió preguntarle si lo que habíamos hecho e íbamos a seguir haciendo era sexo. Giró la cabeza y su pelo largo y lacio le tapó un ojo.

Link: http://basalo40.com/resources/LIBROS-Antimanual+de+sexo+-+VAL$C3$89RIE+TASSO.pdf

jueves, 28 de julio de 2011

LA PAPISA


Una y otra vez, desde su nacimiento, Juana habría de escuchar su sentencia: las mujeres son inferiores al hombre en cuanto a concepción, posición y voluntad se refiere. Eran las palabras de su progenitor. Y también las de San Pablo, uno de los padres fundadores de la Iglesia. Nadie, y menos durante la expansión carolingia y su brutal imposición del cristianismo, habría osado pensar de otro modo. Pero las leyendas sajonas de su madre, y una curiosidad irrefrenable, no tardaron en sembrar la cabeza de Juana con más dudas que certezas. La sabiduría era la única forma de encontrar la respuesta y, con menos de diez años, ella estaba decidida a seguir su senda. Por supuesto, la balanza no se inclinaba a su favor. Su padre no consentiría en darle educación a una niña; aquello era una herejía y una provocación directa a los designios del Señor.

Afortunadamente, Juana encontraría en su hermano Mateo a un primer cómplice dispuesto a revelarle las Sagradas Escrituras, y darle las primeras lecciones de latín y griego. Después vendría Esculapio, tutor de su hermano Juan, un hombre con la inteligencia necesaria para brindar a Juana la oportunidad que merecía: el acceso a la vida religiosa. Atrás quedarían familia, identidad, e incluso su propio sexo, por los sacrificios que su vocación imponía. En esos primeros días, Juana nunca hubiese imaginado que el trono papal, algún día, se encargaría de resolver todos los enigmas de su vida.

Donna W. Cross

En La papisa, su primera novela, Donna W. Cross retrocede hasta el siglo noveno para narrar una de las historias más extraordinarias del mundo occidental: la de la papisa. O en otras palabras, la vida del papa Juan; la única mujer que, ocultando su identidad, habría llegado a ocupar el trono vaticano. Leyenda o realidad, lo cierto es que la existencia de un Santo Padre femenino, posterior al período de la expansión carolingia, parece haber sido universalmente conocida y aceptada hasta mediados del siglo diecisiete; época en la que la historia comenzaría, supuestamente, a ser encubierta por decisión de las autoridades protestantes y católicas. En la actualidad, resulta casi imposible determinar si el papa Juan Ánglico realmente existió.

Con la intención de crear una obra de ficción, más que un estudio histórico, la autora dedicó siete años de su vida a la investigación y escritura de esta novela. Su trabajo contó con el apoyo de numerosos académicos, así como con material de diversos centros de estudio, dentro y fuera de Estados Unidos.

La papisa fue llevada al cine en 2009 dirigida por el director alemán Sönke Wortmann.

Descargala cliqueando el siguiente LINK:






viernes, 12 de noviembre de 2010

CUENTOS CON MUSICA

DE OSCAR WILDE:
EL PRINCIPE FELIZ
http://www.rincondelpoeta.com.ar/cuento_elprincipefeliz.htm

Aqui encontrarás otros cuento con música de fondo, solo cliquea en el autor de tu preferencia:
http://www.rincondelpoeta.com.ar/indexcuentos.htm

viernes, 27 de agosto de 2010

PEREZA


Pereza
Publisher: Vertigo Spanish 2007 Gilbert Hernández CBR 56 MB


Miguel Serra, nuestro héroe, es un adolescente problemático que tras permanecer un año en coma sigue su vida sin ningún cambio aparente, excepto por su nueva e inquietante actitud ante la vida. Una historia propia del mejor David Lynch, que define lo que significa estar vivo en un lugar donde la vida no es lo que esperábamos, y en la que Hernandez domina con maestría las luces y las sombras tanto del dibujo como de la narración.

DESCARGA ESTE TEXTO EN EL SIGUIENTE LINK:
http://www.megaupload.com/?d=B0EQPR1E